Reseña: Percy Jackson y los Dioses del Olimpo.
Hey, hey, hola! Tenemos una hermosa semanita de vacaciones.
(Ahora viene la parte en la que me justifico por estar borrada del mapa, pueden ir a ver el comienzo de los pasados posts si aún no saben qué es lo que diré).
So, hace un tiempo (bastante, diría yo) terminé la segunda saga de PJO, pero como hace 12.345.678 años que no escribo (sí, aprete los botones de los números en orden) aquí les traigo una hermosísma reseña.
En fin, esta segunda saga fue muy emotiva, sobre todo en el cuarto libro. Se da a notar que Percy y Annabeth ya no son unos niños. También se integran muchísimos personajes nuevos para amar/odiar.
La verdad es que he llorado (en todas mis últimas reseñas digo esto, por lo que creo que ya no es una confesión).
Estos libros, a diferencia de la primera saga, no están narrados en primera persona por Percy, si no que los capítulos están como especializados en un personaje. O sea, "Juanito": y ahí te narra desde el punto de vista de "Juanito"; "Anita": y desde su punto de vista (no es necesario aclarar que estos poéticos y hermosos nombres no son más que ejemplos ideados por mi persona).
A pesar de que a esta saga se incorporaron Piper, Frank, Leo, Jason, Hazel, Reyna y etcétera, mis personajes favoritos... cof...cof...pareja...cof...cof... siguen siendo Percy y Annabeth...cof...cof...#percabeth...cof...cof...
Esta segunda saga deja de centrarse en la historia de Percy (es más, él deja de ser el principal protagonista) y nos narra más la historia de los otros personajes. Por ejemplo Annabeth, de la que no sabíamos más de lo que le había contado ella misma a Percy.
Yo me había comprado las dos primeras entregas en el verano de principios de 2016, pero luego los dejé. Cuando quise retomarla, no pude encontrar La Marca de Atenea (tercer libro) por ninguna parte. Eso me llevó como medio año de exhaustiva búsqueda. Al final, en una oportunidad un familiar mío viajo a Buenos Aires y me lo trajo. Luego de eso no paré y en dos meses me terminé la saga.
Me atrevería a decir que me gustó más que la primera, exceptuando el pequeño detalle del encuadernado. Las tapas de los cuatro primeros eran excesivamente blandas y el último era tapa dura.
Aún así eso no le quitó crédito al contenido.
En fin, ya habrán notado mi poca habilidad para integrar la reseña a la despedida, así que no me queda más para decir que...
Besos y abrazos desde...
Bajo las Lilas.